El fotógrafo japonés Miyoko Ihara se dedicó a documentar la vida de su abuela, Misao, durante 13 años. Ella comenzó está colección como un medio para celebrar la vida de a mujer que más admira.
Hace 8 años Misao, adoptó un gato de la calle que tenía un ojo de cada color, al cuál llamó Fukmaru. La amistad y amor entre ellos floreció de tan manera que ahora son inseparables, compartiendo su vida diaria.
“En parte por que ambos son duros de oído, mi abuela y Fukmaru siempre están buscando cosas nuevas que hacer, pero eso sí, siempre juntos”
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